Uno de los problemas que encontramos con más frecuencia a la hora de acometer obras de rehabilitación de fachadas en Santander, es que las envolventes de la finca no son estancas. Cuando esto ocurre, se producen infiltraciones de aire aunque nosotros pensamos que está todo cerrado. Las fugas caloríficas suponen un uso más elevado de los sistemas de climatización, que deben permanecer más tiempo activos para mantener las temperaturas del interior. El precio de las facturas energéticas será más elevado y, además, este exceso de funcionamiento supondrá una mayor contaminación.
El coste energético de un inmueble con infiltraciones de aire será elevado, hay que tener en cuenta que la libre circulación del aire supondrá un aumento importante del funcionamiento de los aparatos de climatización para mantener una temperatura confortable en el interior. El aire caliente tiende a subir, por lo que cuando hay pérdidas por convención se producirá un desequilibrio térmico, al aumentar la presión de la parte superior de la estancia y una reducción de la presión en la parte inferior.
¿Qué suponen las infiltraciones de aire?
La presencia de fisuras en la envolvente del edificio supone la pérdida de aire caliente y la penetración de aire frio del exterior. Cuando no hay pérdidas caloríficas la temperatura interior se mantiene durante más tiempo, rentabilizando los sistemas de climatización. Sin embargo, las fugas no son el único problema. El aire de alta presión (caliente) es el que se pierde, pero contiene humedad que al entrar en la envolvente del edificio puede causar otros problemas con el paso del tiempo.
En Grupo Acebo sabemos que la mejor forma de acabar con las infiltraciones de aire será realizar la rehabilitación de la envolvente. Para saber en qué puntos concretos se produces las fugas, será necesario realizar un ensayo de estanqueidad. Este análisis sencillo permite acabar con los problemas y las fisuras en la envolvente del edificio, reduciendo notablemente el gasto energético.
De hecho, este tipo de rehabilitaciones se convierten en la tarea ideal para conseguir el ansiado gasto energético casi nulo. Nuestro bolsillo nos los agradecerá, pero además estaremos contribuyendo a la preservación de nuestro medio ambiente al reducir las emisiones de gases nocivos a la atmósfera.