Las grietas en paredes y muros pueden hacer saltar la voz de alarma. Sin embargo, es un problema frecuente y no siempre supone un problema estructural. De hecho, las nuevas construcciones siempre presentan pequeñas fisuras en las paredes que no implican ningún riesgo. Sin embargo, en el caso de las edificaciones más antiguas es necesario revisar la presencia de estas grietas, ya que puede ser necesario repararlas de forma inmediata. Tal es así que esta es una de las causas más frecuentes para optar por la rehabilitación de fachadas en Santander y en cualquier otro lugar.
Cuando aparece una grieta, lo primero que tendremos que hacer es consultar con un experto que sea capaz de diagnosticar el origen y la causa del problema en los muros. Los términos grieta y fisura de usan como sinónimos, pero es un error. Ambos hacen referencia a una hendidura en la pared y pueden contar con diferentes tamaños y grosores, pero la gravedad de la situación es diferente en cada caso.
Fisuras
Hacen referencia a las hendiduras que sólo afectan a las coberturas y a los revestimientos de la construcción. Es decir, es un problema de los elementos externos, sus consecuencias son meramente estéticas. En este caso, suelen surgir como consecuencia de los cambios bruscos de temperatura, la presencia de humedad o la aplicación de yeso.
Grietas
Hablamos de un problema de mayor envergadura, ya que atraviesan el espesor del muro y pueden llegar a afectar a la estabilidad de la construcción. Estas son las que habrá que revisar a la menor brevedad posible, ya que pueden constituir un problema estructural. Aparecen por deficiencias en la cimentación o problemas con el terreno. Estas deben ser reparadas por personal debidamente cualificado que conozca la solución y la técnica más adecuada en cada caso.
Desde Grupo Acebo queremos destacar que para analizar las grietas debemos repara en dos aspectos fundamentales: la inclinación y la profundidad. Cuando la causa es un problema de cimentación o del terreno es posible que la inclinación de la hendidura presente un ángulo de 45 grados. Mientras que la dilatación térmica de los materiales suele provocar grietas horizontales o verticales. Por otra parte, cuanto más profunda sea una grieta mayor será el riesgo que supone.