A partir del próximo 1 de junio todos los edificios de viviendas o locales deberán contar con un Certificado de Eficiencia Energética a la hora de ser vendidos o alquilados. Este certificación nos dará una pista clara sobre el consumo en energía de ese edificio y, por tanto, del ahorro que nos puede suponer un edificio con la mayor calificación posible.
Pero, ¿qué características ha de tener un edificio para ser sostenible?
1.- Orientación: A la hora de realizar una vivienda es importante tener en cuenta la orientación de la misma ya que es importante que cuente con la máxima luz posible, lo que nos evitará emplear la iluminación eléctrica y, en invierno, la calefacción durante un tiempo prolongado.
2.- Fachada: la fachada de los edificios es uno de los factores decisivos en el ahorro de energía de un edificio. Si bien aquellos que cuenten con una de muchos años de antigüedad perderán gran parte de su calor, en invierno, y de su refrigeración, en verano, los que cuenten con sistemas más modernos y eficientes, como las fachadas ventiladas, realizarán un uso mucho más económico de las mismas.
3.- Aislamiento: además de las fachadas, otros elementos aislantes tienen un papel fundamental en la creación de edificios sostenibles, como son las ventanas o las puertas, puntos por donde puede entrar calor o frío, dependiendo de la estación, rompiendo el equilibrio de dentro de la vivienda.
Otro factor que cada vez tiene más presencia en la estrategia eficiente de las viviendas son las energías renovables, como la instalación de paneles solares en las zonas superiores de vivienda o edificio.
4.- Sistemas de bajo consumo: Los sistemas energéticos anticuados pueden reportarnos una elevada factura energética debido a su nula eficiencia. Si bien la inversión en sistemas más modernos puede supones un gasto a priori, lo amortizaremos en un plazo medio-largo. Por ejemplo, las lámparas de bajo consumo pueden ahorrar entre el 50% y 80% respecto a las tradicionales. A este ahorro se podrían unir los electrodomésticos de bajo consumo o las calderas de condensación.
Todos estos factores tendrán una influencia decisiva en la calificación energética que será obligatoria para alquilar o vender viviendas a partir del mes de junio, por lo que obviarlos o descuidarlos puede ponernos en clara desventaja con respecto a otros inmuebles que sí los hayan tenido en consideración