No cabe duda de que el amianto o asbesto es uno de los principales peligros con los que tenemos que lidiar cuando se trata de intervenir sobre tejados en Cantabria, sin olvidar el resto de estructuras y canalizaciones en las que puede estar presente esta sustancia de alto potencial tóxico. No obstante, para poder lidiar con este riesgo con la solvencia adecuada, merece la pena conocerlo en detalle. Uno de los detalles que se suelen escapar al gran público es que no existe un único tipo de fibras asbestosas sino hasta seis, con distintas características y niveles de toxicidad.
¿Cuáles son los tipos de amianto conocidos? Podemos clasificar estos silicatos fibrosos en dos grandes grupos.
Por un lado están las serpentinas, caracterizadas por sus fibras curvadas. Esta clase de amianto se corresponde con el crisotilo o amianto blanco, que es el que encontramos de forma más habitual en construcción, sobre todo como componente de los fibrocementos empleados a lo largo de décadas.
El otro grupo es el de los anfíboles, cuyo uso industrial ha sido más reducido –en torno a apenas un 10% del amianto utilizado en España– pero requiere extremar la precaución en caso de detectarse su presencia, puesto que su toxicidad es mayor. Este grupo engloba variedades como la crocidolita (amianto azul), amosita (marrón), antofilita (amarillo), tremolita (gris) y actinolita (verde).
No obstante, existe otra forma de clasificar el amianto que puede ser más relevante a efectos de su retirada y prevención de riesgos: en función de la forma en la que está presente como material constructivo.
En este caso podemos distinguir entre amianto friable y no-friable. En el segundo caso, las fibras de asbesto han sido utilizadas en la fabricación de un material compuesto de distinas sustancias –como sucede en el fibrocemento– y el riesgo se halla sobre todo cuando dicho material se degrada o es manipulado incorrectamente.
Así, es el amianto friable el que requiere una intervención aún más urgente, dado que se trata de aquellos casos en los que el amianto ha sido aplicado directamente y sus fibras están más expuestas a desprenderse y ser inhaladas. Es el caso del amianto proyectado como aislante o de ciertos materiales ignífugos.
Como sabes, en Grupo Acebo tienes a una entidad cualificada y de confianza a la que acudir para analizar cualquier elemento que pueda contener amianto y actuar de la forma adecuada.